jueves, 18 de febrero de 2021

Clases a cielo abierto

Desde que nos empezamos a dedicar a la enseñanza, incluso cuando éramos alumnos, siempre nos parecieron una referencia educativa ideal los peripatéticos, aquellos alumnos y seguidores de Aristóteles a los que él daba clase mientras paseaban por los pórticos del Liceo en las afueras de Atenas (περίπατος, paseo).

Esta pandemia, que nos obliga a  guardar las distancias y mantener ventiladas las aulas, le ha devuelto a aquel método tan innovador de Aristóteles, a las clases al aire libre en los jardines y pórticos próximos al instituto, todo su sentido. A lo fundamental, que es  evitar  contagios – el aire  libre  dispersa y  diluye  el  virus-, se  ha  sumado  no  sólo  la sensación de libertad, sin tabiques ni muros, sino la oportunidad de crear ciudad. Llevar a  la  plaza  la  filosofía,  la  psicología,  la  educación  física... o  escuchar  a  los  alumnos  hablar  del  ser  humano,  de  Platón,  de  Freud,  del  universo  sentados  en  el  parque... es crear ciudad, es aportar nuestro granito de arena a esa ciudad realmente educadora  que muchos soñamos.

Sin duda, es más fácil ponerlo en práctica en unas materias que en otras. Además, se añade el hecho de que, por  respetar todas las medidas de seguridad dentro del centro, hay espacios educativos, como aulas específicas y gimnasios, que se han tenido que adaptar y dejar de tener su función primigenia. Esta situación ha afectado especialmente a las clases de Educación Física, cuyos profesores han tenido que reinventar sus métodos educativos.

Pero aunque, dada la estación del año en que estamos, a veces es complicado llevarlo a cabo…

Bienvenida esta iniciativa!!!

Que algunos esperamos haya venido para quedarse.


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