Los alumnos
Eneko Acevedo, Estela Layla Jazmati, Yarima Novoa y Adrián Pozo, el curso
pasado en cuarto de la ESO y actualmente en 1º de Bachillerato Internacional de
Ciencias, participaron en el tradicional torneo de ajedrez escolar Robin-Chess,
que se disputó en el Palacio de Deportes de Santander el 28 de mayo de 2022.
El torneo
contó con más de 500 jugadores escolares distribuidos entre las categorías
sub-8 y sub-20, procedentes de diversas regiones de España, en especial de
CC.AA. del norte y centro peninsular. También se contó con la participación de
jugadores de nacionalidad ucraniana.
El festival de
ajedrez se disputó en un total de 8 rondas a un ritmo de 15 minutos por jugador
sin incremento. Nuestros alumnos compitieron en la categoría sub-16, integrada
por un total de 73 jugadores y una media de ELO de 1482, lo que supone un nivel
alto para jugadores que, como nuestros alumnos, comenzaban en el propio curso
2021-22 a recibir clases de ajedrez y a competir con regularidad. Eneko fue
nuestro representante que mejor clasificó, puesto 57, seguido de cerca por los
otros tres.
Nuestros
alumnos viajaron en el autobús que fletó la Federación Riojana de Ajedrez y
compartieron una bonita experiencia con jugadores de otros clubes de La Rioja.
El viaje, al ser ida y vuelta en el día, se hizo como es lógico algo pesado, si
bien al coincidir con la final de la Champions, hubo alumnos que la siguieron
en el viaje de vuelta, lo que seguro acortó la percepción de la duración del
mismo.
Destacar
también la buena organización del evento, con juegos en los descansos entre
partida y partida para los ajedrecistas más pequeños, bocadillos, fruta y otros
alimentos para todos los jugadores durante el transcurso del evento, un
mercadillo de artículos relacionados con el ajedrez, una camiseta conmemorativa
y medallas para todos los participantes, posibilidad de participar en unas
simultáneas de ajedrez para los acompañantes de los jugadores, así como una
buena cobertura periodística del evento.
Nuestros alumnos señalan que la experiencia fue muy positiva: se lo pasaron bien, compartieron afición con jugadores de su edad y etapa académica, añadieron una nueva ciudad a la lista de lugares donde han jugado torneos, y Yarima hasta tuvo tiempo de darse un garbeo por la playa de Santander. Una jornada donde confluyeron el entretenimiento, la actividad intelectual, la socialización y el compañerismo. Qué más se puede pedir.
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