viernes, 29 de enero de 2016

¡¡ SE NOS LLEVAN EL DANTE !!

La escultura en yeso representa a Dante, realizada por Jerónimo Suñol, obtuvo una segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864. La obra fue depositada por el desaparecido Museo de Arte Moderno, cuyas colecciones de obras de arte del siglo XIX están adscritas al Museo del Prado desde 1971.


Durante 108 años ha estado el Dante entre nosotros. Ha pasado totalmente desapercibido, como otras muchas cosas, pero este vaciado de escayola es una obra singular. Se trata de una reproducción de una obra que obtuvo un premio en 1864 y que llegó a nuestro Instituto en depósito del Museo del Prado. Hasta ahora ha ido recorriendo el edificio, pasando de la actual Aula Magna, o aula 201 o también conocida entre el alumnado como el Aula de Exámenes. Esta ubicación se debía al conjunto que en ella se exponía, la colección de reproducción que albergaba el Instituto desde sus primeros días. Más tarde, cuando gran parte de la colección marchó a la actual ESDIR, esta obra, junto con otras fueron ubicadas en distintos lugares del centro. La nuestra ha estado presidiendo la entrada principal, marcando lo que debería ser la actividad principal del centro "pensar".
Ahora, con motivo de las obras, el Museo de La Rioja reclama su posesión. Situación lógica, pues un operario con una piqueta en las manos da mucho que pensar y ningún pensamiento pasa por hacer nada bueno. Aunque también, estar a la entrada de un centro por el que todos  los días pasa más chiquillería que por cualquier calle de Logroño, tampoco debe reportar a nuestro Dante unos pensamientos muy positivos, pero quizás nuestra empatía hacia la obra nos lleva a equivocarnos, y la figura pensante, nuestro Dante, quizás esté tan feliz pensando cómo esa chiquillería que pasa constantemente por delante de sus ojos se hace mayor y muchas veces, vuelven a pasar cerca de él comvertidos en personas adultas y que reconocen lo que han obtenido en este centro.

Yo, personalmente, sentiría mucho su partida, pero no soy el dueño, lo es el Museo del Prado.

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