martes, 20 de noviembre de 2012

Intercambio con Hamburgo


Eine Entdeckungsreise


Am 16. Oktober flogen wir, 20 Schülerinnen und Schüler aus Spanien, nach Hamburg. Wir hatten diese Stadt noch nie zuvor besucht und wir waren alle sehr, sehr aufgeregt. Für einige Schüler war dies der erste Austausch, für andere bereits der zweite. Aber unsere Gefühle waren die gleichen: Wir hatten Angst vor dem Unbekannten, wir blickten nervös auf diese acht Tage in einer deutschen Familie, von denen wir nur wenig wussten und natürlich freuten wir uns darauf, unsere Austauschpartner und die Stadt Hamburg kennen zu lernen. Doch was wir in Hamburg erlebten, übertraf unsere Erwartungen. Wir wurden am Flughafen, sowie auch in dem schönen Charlotte-Paulsen-Gymnasium freundlich und warm empfangen. Alle waren sehr nett zu uns und wir fühlten uns als Teil der Familien. Dank ihnen konnten wir die deutsche Kultur, die Schule und das Bildungssystem näher kennen lernen und auch unser Deutsch ein wenig verbessern. Tausend Abenteuer, Spaß und Freude, was hätten wir mehr verlangen können? Vielen Dank an alle, wirklich! Für die ganzen acht Tage mit euch, unseren neuen „Geschwistern“, die unvergesslich waren. Wir zählen die Tage bis März, wenn wir uns wiedersehen. Wir vermissen euch, nur noch vier Monate, Leute! (Helena Belarra, B1CB)




El martes día 16 de octubre estábamos citados en el instituto a las 7’45 h. Un autobús nos trasladó a Madrid para coger el avión rumbo a Hamburgo; el viaje se desarrolló bien, pero nosotros estábamos cada vez más nerviosos a medida que se acercaba la llegada a nuestro destino. En el aeropuerto de Hamburgo nos estaba esperando un grupo de alumnos del instituto Charlotte-Paulsen con carteles y sonrisas. Cada uno de nosotros nos fuimos separando y fuimos llevados por nuestras familias respectivas. (Elsa Ruiz Sáenz, E3A)




A mí me recibieron en el aeropuerto la que iba a ser mi compañera alemana durante esos días junto con su madre. La primera noche fue bonita, pero difícil. Todo era diferente, añoraba mi casa y a mi gente. Me levantaba durante toda la semana sobre las seis y media y me acostaba aproximadamente a las 9 de la noche. Y así transcurrió la semana:
El día 17, primero de nuestra estancia allí, acudimos al instituto con nuestros compañeros. Allí terminamos de presentarnos y empezamos a conocernos. El director del Charlotte-Paulsen Gymnasium nos dijo unas palabras de bienvenida y fuimos obsequiados en la cafetería con un desayuno. El resto de la mañana transcurrió entre clases y un pequeño paseo por Wandsbek, barrio en el que se sitúa el centro escolar.
El 18 todos los españoles, junto con nuestras profesoras Blanca Astrain y Maribel García, visitamos el Museo de Historia de Hamburgo y el puerto. En el museo tuvimos la oportunidad de conocer los acontecimientos más significativos ocurridos en esta ciudad desde la Edad Media. Posteriormente nos dirigimos en tranvía hacia el puerto y dimos un pequeño paseo en barco por el río Elba. La tarde la pasé en “mi casa”, preparando una tarta para una amiga del intercambio: al día siguiente era su cumpleaños.
El viernes 19, ante la puerta principal del instituto, cantamos el cumpleaños feliz y comimos esa tarta que habíamos preparado y que estaba tan sabrosa. Posteriormente nos dirigimos a visitar el centro de la ciudad, entre otras cosas el Ayuntamiento y la Iglesia de San Michel.
El fin de semana para mí fue genial. El sábado me llevaron a visitar Berlín, junto a otro compañero y la familia que le había acogido. La ciudad me encantó, y, ¡cómo no! comimos unas salchichas típicas: “currywurst”. El domingo me llevaron al parque de atracciones.
El lunes día 22, tanto alemanes como españoles, visitamos la ciudad de Lübeck, una ciudad con playa, cercana a Hamburgo. Me pareció especialmente bonita.
El último día completo de nuestra estancia en esta ciudad aprovechamos parte de la mañana para realizar las últimas compras. Por la tarde tuvimos una pequeña fiesta con discursos de despedida, y un aperitivo preparado por las familias, que también nos acompañaron.
Al día siguiente, día de regreso a España. Era la última vez que nos encontrábamos todos, fue en el aeropuerto. Allí, a la hora de despedirnos, no voy a negar que se me escaparon unas lágrimas, pero fueron bien merecidas. Esos días que pasé en Hamburgo jamás los olvidaré, y me han servido para mucho: he conocido personas que no sabía que existieran y a otras que estaban ahí, pero con las que nunca había hablado; he practicado idiomas y, sobre todo, he vivido una de las mejores experiencias de mi vida.
Elsa Ruiz Sáenz (3ºA)

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