domingo, 6 de abril de 2014

Intercambio Logroño-Willich



Un año más ha tenido lugar el intercambio que desde el  Instituto hacemos con Alemania. Este año nuestro centro compañero ha sido Sankt Bernhard Gymnasium de Willich. Su estancia en Logroño se desarrolló entre los días 8 y 19 de octubre
Así describían la visita a Logroño tres de los participantes en este intercambio: Sergio Domínguez Morras, Mariola Gutiérrez Sáenz y Elsa Ruiz Sáenz, todos ellos de 4ª ESO.




“Nada más llegar ya teníamos ocupación. La primera tarde realizamos un acto de bienvenida, donde acogimos a los nuevos estudiantes. Las profesoras nos explicaron todo lo que había planeado para estos días. Al llegar a casa deshicieron las maletas y se prepararon para su primera noche en España.
Las tardes del miércoles y del jueves les mostramos nuestra humilde ciudad. Visitamos la concatedral, las diversas iglesias, la zona peatonal… La parte vieja de la ciudad. Todo esto con ayuda de un especial guía. Además fuimos al Riojaforum, nos tomamos un yogurt y nos sentamos en los bancos de la Gran Vía, mientras,  jugábamos y nos conocíamos los unos a los otros.” (Sergio Domínguez)

“Ya llegó el viernes. ¡Qué mejor manera de terminar la semana que con una excursión! A las nueve menos cuarto nos esperaba nuestro autobús. Un poco adormilados tomamos rumbo a Bilbao. Nuestra primera parada fue en l estación de Abando. Abandonado el autobús, tuvimos un poco de tiempo libre para estirar las piernas, comer algo, ir al baño…
Nos volvimos a reunir y comenzó nuestra visita a la ciudad. Elsa y Yaiza comenzaron explicando la historia de Bilbao, su transformación hasta la actualidad, su fundador etc. Continuamos nuestro paseo hasta llegar a la Ría. Desde allí veíamos el ayuntamiento, los diferentes puentes y edificios… Hasta llegar al Guggenheim. Allí fue Carlos quien nos dio la explicación de las diversas esculturas de los alrededores. Arañas, tulipanes, fuentes de fuego, árboles de ojos e incluso una carrera, completaron la visita a este famoso museo.
Seguimos caminando y me tocó a mí hablar sobre Deusto, el Palacio Euskalduna, el Palacio Chávarri y los fosteritos. Per comenzó a llover y el mal tiempo hizo que tuviésemos que resguardarnos en la estación de tren otra vez. A partir de entonces tuvimos tiempo libre para descansar y ¡comer! Estaba previsto visitar la parte vieja de la cuidad, pero como no fue posible estuvimos charlando y divirtiéndonos hasta la hora de vuelta a Logroño. Aunque procuramos dormir, había que visitar La Rioja. Así que por la mañana, algunas llevamos a nuestras compañeras alemanas a ver pueblos riojanos. Fuimos a Lardero porque había un mercadillo hippie, algunas se compraron pulseras y pendientes. Rumbo a la Rioja alavesa, visitamos Laguadia. Allí nuestras compañeras pudieron ver algunas bodegas, el pueblo, la sierra… Y llegada la hora de comer, fuimos a la Grajera. Almorzamos y disfrutamos del lago. Hicimos un esfuerzo y dimos un pequeño paseo por los alrededores para ver los gamos. Una vez echada la tarde, volvimos a casa.” (Mariola Gutiérrez)

“ El lunes día 14 comenzamos la mañana como un día más junto a nuestros alemanes acudiendo a las clases, pero ellos solo aguantaban las dos primeras horas.  Después, mientras nosotros nos quedábamos en el instituto, ellos se marchaban a dar una vuelta o a comprar, bien fueran gominolas, bien fueran zapatillas, que al parecer son muy baratas. Esa tarde nos pusimos camino a Cenicero, para visitar ‘Bodegas Riojanas’,  en el Metropolitano. Como en los anteriores viajes, con un altavoz y el móvil de Gonzalo alegramos un poquito el camino. Al llegar, nos recibieron con las manos abiertas. Nos dividieron en dos grupos: alemanes y españoles; y comenzó la visita. En el interior de la bodega pudimos observar las barricas, las cubas, botellas… Y tuvimos la suerte de que, al estar en tiempo de vendimia, vimos cómo comienza el largo recorrido que hace la uva hasta que el vino llega a nuestras casas. Al terminar la visita, tuvimos algo de tiempo para visitar la ciudad de Cenicero. Unos se compraron pipas, otros helados y otros no dejaban de hacerse fotos. Sin olvidar que algunas alemanas compraron un par de botellas de vino, que esperemos les lleguen a sus padres.

Fueron pasando los días, y aquí estamos. Ya toca despedirse. Debo decir que el año pasado  también me tocó hacer parte del discurso, y creedme que lo hice con pena, con poca esperanza de volver a disfrutar junto a estudiantes alemanes tanto como aquellos días. Pero hoy, después de esta semana, esos ratos por Bilbao, portales, la Guardia….., jugando al Tanga-Dance o descubriendo las aficiones de alguno…, os aseguro que hemos reído, disfrutado y aprendido. ¿Y sabéis lo mejor? ¡Nada ha acabado! Al revés, todo está por empezar. Para cuando nos demos cuenta estaremos en el aeropuerto de Madrid camino a Willich, deseando impacientes volver a encontrarnos.” (Elsa Ruiz)

                                                                                                             
Nosotros les devolvimos la visita en Marzo, entre los días 20 y 29. El siguiente relato, realizado por Esther Aguirre Anguiano, Mónica Blanco Martínez y Clara García Merino, alumnas de 4º ESO, da muestra de lo que fue nuestra estancia en Alemania.

“Hace ya un tiempo que volvimos de nuestro viaje a Willich, donde nos reunimos de nuevo con nuestros compañeros alemanes. En el mes de octubre, ellos vinieron a Logroño y tras varias tardes fuimos creando una gran amistad.
El día 20 de marzo comenzó nuestra aventura. Todos nos reunimos en la estación de autobuses de Logroño y cinco horas después nos encontrábamos en el aeropuerto de Madrid. Allí embarcamos todo nuestro equipaje y aumentaron los nervios, ya que en apenas unas horas íbamos a reunirnos otra vez con nuestros compañeros y lo que serian nuestras nuevas familias durante los próximos nueve días.
Llegamos a Willich sobre las 8 de la tarde, donde nos esperaban nuestros amigos del intercambio junto con sus familiares. Tras compartir con ellos las primeras palabras,  nuestras preocupaciones se disiparon, pues tenemos que agradecerles toda su amabilidad, hospitalidad y en ocasiones paciencia a la hora de comunicarse con nosotros.
Al día siguiente, tras el intenso madrugón, todos cogimos nuestras bicicletas rumbo a una jornada llena de nuevas experiencias en el instituto. Allí Herr Link nos mostró las instalaciones del centro. Más tarde comimos todos juntos en la “Mensa”, donde tuvimos diferentes opiniones sobre la comida y pequeños problemas con el agua con gas. Después visitamos el museo de Willich. Por la tarde cada uno realizó actividades diferentes,  pero al final de la jornada todos nos reunimos en el centro joven donde jugamos al futbolín y a las cartas.
A lo largo del fin de semana cada uno visitó diferentes lugares como por ejemplo Colonia o Düsseldorf. El domingo casi todos pudimos disfrutar de las piscinas ‘de Bütt’.
El lunes nos reunimos todos en el castillo Neersen donde fuimos muy bien recibidos por parte del alcalde Herr Heyes.
Durante los  días siguientes pudimos conocer distintos puntos de interés del país como el castillo Benrath en Düsseldorf, donde debíamos llevar unas resbaladizas pantuflas que crearon divertidas situaciones. Otra bonita ciudad a la que acudimos fue Aquisgran (Aachen en alemán), en la que pudimos contemplar la catedral que Carlomagno mandó construir para la capital de su imperio. Aquel mismo día visitamos Lindt, donde gastamos el dinero reservado especialmente para la ocasión.
El viernes, víspera de nuestro viaje de regreso, los alemanes nos organizaron una emotiva despedida en la que degustamos los platos que con cariño nos habían preparado. Después de la comida todos juntos pasamos un buen rato capturando sonrisas y momentos que nunca olvidaremos.
Finalmente, el sábado 29 llegaron las lágrimas y la tristeza ya que nuestro tiempo en Alemania terminaba, convirtiendo esos días en buenos recuerdos y experiencias.”


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