Un año más ha tenido lugar el
intercambio que desde el Instituto
hacemos con Alemania. Este año nuestro centro compañero ha sido Sankt Bernhard
Gymnasium de Willich. Su estancia en Logroño se desarrolló entre los días 8 y
19 de octubre
Así describían la visita a Logroño
tres de los participantes en este intercambio: Sergio Domínguez Morras, Mariola
Gutiérrez Sáenz y Elsa Ruiz Sáenz, todos ellos de 4ª ESO.
“Nada más llegar ya teníamos
ocupación. La primera tarde realizamos un acto de bienvenida, donde acogimos a
los nuevos estudiantes. Las profesoras nos explicaron
todo lo que había planeado para estos días. Al llegar a casa deshicieron las
maletas y se prepararon para su primera noche en España.
Las tardes del miércoles y del
jueves les mostramos nuestra humilde ciudad. Visitamos la concatedral, las
diversas iglesias, la zona peatonal… La parte vieja de la ciudad. Todo esto con
ayuda de un especial guía. Además fuimos al Riojaforum, nos tomamos un yogurt y
nos sentamos en los bancos de la Gran Vía, mientras, jugábamos y nos conocíamos los unos a los
otros.” (Sergio Domínguez)
“Ya llegó el viernes. ¡Qué mejor
manera de terminar la semana que con una excursión! A las nueve menos cuarto
nos esperaba nuestro autobús. Un poco adormilados tomamos rumbo a Bilbao.
Nuestra primera parada fue en l estación de Abando. Abandonado el autobús,
tuvimos un poco de tiempo libre para estirar las piernas, comer algo, ir al
baño…
Nos volvimos a reunir y comenzó
nuestra visita a la ciudad. Elsa y Yaiza comenzaron explicando la historia de
Bilbao, su transformación hasta la actualidad, su fundador etc. Continuamos
nuestro paseo hasta llegar a la Ría. Desde allí veíamos el ayuntamiento, los
diferentes puentes y edificios… Hasta llegar al Guggenheim. Allí fue Carlos quien
nos dio la explicación de las diversas esculturas de los alrededores. Arañas,
tulipanes, fuentes de fuego, árboles de ojos e incluso una carrera, completaron
la visita a este famoso museo.
Seguimos caminando y me tocó a
mí hablar sobre Deusto, el Palacio Euskalduna, el Palacio Chávarri y los
fosteritos. Per comenzó a llover y el mal tiempo hizo que tuviésemos que
resguardarnos en la estación de tren otra vez. A partir de entonces tuvimos
tiempo libre para descansar y ¡comer! Estaba previsto visitar la parte vieja de
la cuidad, pero como no fue posible estuvimos charlando y divirtiéndonos hasta
la hora de vuelta a Logroño. Aunque procuramos dormir, había que visitar La
Rioja. Así que por la mañana, algunas llevamos a nuestras compañeras alemanas a
ver pueblos riojanos. Fuimos a Lardero porque había un mercadillo hippie,
algunas se compraron pulseras y pendientes. Rumbo a la Rioja alavesa, visitamos
Laguadia. Allí nuestras compañeras pudieron ver algunas bodegas, el pueblo, la
sierra… Y llegada la hora de comer, fuimos a la Grajera. Almorzamos y
disfrutamos del lago. Hicimos un esfuerzo y dimos un pequeño paseo por los
alrededores para ver los gamos. Una vez echada la tarde, volvimos a casa.”
(Mariola Gutiérrez)
“ El lunes día 14 comenzamos la
mañana como un día más junto a nuestros alemanes acudiendo a las clases, pero
ellos solo aguantaban las dos primeras horas.
Después, mientras nosotros nos quedábamos en el instituto, ellos se
marchaban a dar una vuelta o a comprar, bien fueran gominolas, bien fueran zapatillas,
que al parecer son muy baratas. Esa tarde nos pusimos camino a Cenicero, para
visitar ‘Bodegas Riojanas’, en el
Metropolitano. Como en los anteriores viajes, con un altavoz y el móvil de
Gonzalo alegramos un poquito el camino. Al llegar, nos recibieron con las manos
abiertas. Nos dividieron en dos grupos: alemanes y españoles; y comenzó la
visita. En el interior de la bodega pudimos observar las barricas, las cubas,
botellas… Y tuvimos la suerte de que, al estar en tiempo de vendimia, vimos cómo
comienza el largo recorrido que hace la uva hasta que el vino llega a nuestras
casas. Al terminar la visita, tuvimos algo de tiempo para visitar la ciudad de
Cenicero. Unos se compraron pipas, otros helados y otros no dejaban de hacerse
fotos. Sin olvidar que algunas alemanas compraron un par de botellas de vino,
que esperemos les lleguen a sus padres.
Fueron pasando los días, y aquí
estamos. Ya toca despedirse. Debo decir que el año pasado también me tocó hacer parte del discurso, y
creedme que lo hice con pena, con poca esperanza de volver a disfrutar junto a
estudiantes alemanes tanto como aquellos días. Pero hoy, después de esta
semana, esos ratos por Bilbao, portales, la Guardia….., jugando al Tanga-Dance
o descubriendo las aficiones de alguno…, os aseguro que hemos reído, disfrutado
y aprendido. ¿Y sabéis lo mejor? ¡Nada ha acabado! Al revés, todo está por
empezar. Para cuando nos demos cuenta estaremos en el aeropuerto de Madrid
camino a Willich, deseando impacientes volver a encontrarnos.” (Elsa Ruiz)
Nosotros les devolvimos la visita
en Marzo, entre los días 20 y 29. El siguiente relato, realizado por Esther
Aguirre Anguiano, Mónica Blanco Martínez y Clara García Merino, alumnas de 4º
ESO, da muestra de lo que fue nuestra estancia en Alemania.
“Hace ya un tiempo que volvimos
de nuestro viaje a Willich, donde nos reunimos de nuevo con nuestros compañeros
alemanes. En el mes de octubre, ellos vinieron a Logroño y tras varias tardes
fuimos creando una gran amistad.
El día 20 de marzo comenzó
nuestra aventura. Todos nos reunimos en la estación de autobuses de Logroño y
cinco horas después nos encontrábamos en el aeropuerto de Madrid. Allí
embarcamos todo nuestro equipaje y aumentaron los nervios, ya que en apenas
unas horas íbamos a reunirnos otra vez con nuestros compañeros y lo que serian
nuestras nuevas familias durante los próximos nueve días.
Llegamos a Willich sobre las 8
de la tarde, donde nos esperaban nuestros amigos del intercambio junto con sus
familiares. Tras compartir con ellos las primeras palabras, nuestras preocupaciones se disiparon, pues
tenemos que agradecerles toda su amabilidad, hospitalidad y en ocasiones
paciencia a la hora de comunicarse con nosotros.
Al día siguiente, tras el
intenso madrugón, todos cogimos nuestras bicicletas rumbo a una jornada llena
de nuevas experiencias en el instituto. Allí Herr Link nos mostró las
instalaciones del centro. Más tarde comimos todos juntos en la “Mensa”, donde
tuvimos diferentes opiniones sobre la comida y pequeños problemas con el agua
con gas. Después visitamos el museo de Willich. Por la tarde cada uno realizó
actividades diferentes, pero al final de
la jornada todos nos reunimos en el centro joven donde jugamos al futbolín y a
las cartas.
A lo largo del fin de semana
cada uno visitó diferentes lugares como por ejemplo Colonia o Düsseldorf. El
domingo casi todos pudimos disfrutar de las piscinas ‘de Bütt’.
El lunes nos reunimos todos en
el castillo Neersen donde fuimos muy bien recibidos por parte del alcalde Herr
Heyes.
Durante los días siguientes pudimos conocer distintos
puntos de interés del país como el castillo Benrath en Düsseldorf, donde
debíamos llevar unas resbaladizas pantuflas que crearon divertidas situaciones.
Otra bonita ciudad a la que acudimos fue Aquisgran (Aachen en alemán), en la
que pudimos contemplar la catedral que Carlomagno mandó construir para la
capital de su imperio. Aquel mismo día visitamos Lindt, donde gastamos el
dinero reservado especialmente para la ocasión.
El viernes, víspera de nuestro
viaje de regreso, los alemanes nos organizaron una emotiva despedida en la que
degustamos los platos que con cariño nos habían preparado. Después de la comida
todos juntos pasamos un buen rato capturando sonrisas y momentos que nunca
olvidaremos.
Finalmente, el sábado 29
llegaron las lágrimas y la tristeza ya que nuestro tiempo en Alemania
terminaba, convirtiendo esos días en buenos recuerdos y experiencias.”
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